Los que se fueron.. .
Es triste no verlos
jamás. Algunos de ellos imprescindibles. Sin ellos AA puede seguir pero no se a
donde. Uno de ellos, Carlos Alfredo,
murió este año.
Sumamente
inteligente, AA puro, vio mas allá de lo
que se espera ver en el principio que le propusieran.
Lo más triste es
que no se reemplazará jamás.
Ricky
Morales
La Inautenticidad del AA que tenemos.
Por Carlos Alfredo Navas (de grata recordación y mentor de Tercera
Época)
De acuerdo a la
experiencia de varios años de transitar por el interminable sendero de lo que
conocemos como Alcohólicos Anónimos, podemos aseverar –a la luz de una nueva
perspectiva- que no existe el AA de El Salvador. Y no existe porque cada
miembro ha tratado de crecer calcándose en la imagen de otro en un burdo y
servil afán imitativo. En tal sentido,
el imitador no ha sido él mismo y no siendo se convirtió en un simple depósito
del saber equivocado de otros.
De lo anterior,
podemos inferir la negación de la conciencia y del sentimiento que de sí posee
el hombre. Se le negó el conocimiento de
su verdadera realidad de hombre recuperado y se le dio en cambio la oportunidad
de abstraerse como un ser alejado del mundo y no le señalaron el camino hacia
el mundo del hombre.
Vedándole la
oportunidad de reestructurar su personalidad y de acceder a la recuperación
mediante la esperanza que ofrece el Enunciado, le enseñaron a entretenerse en
la vida contando sus aventuras de borracho, en lugar de orientarlo para la
aventura de una nueva vida.
El más antiguo
creyó en el privilegio de haber llegado antes y se erigió líder; dador de
comunicados, pero sin comunicarse; enderezador de entuertos, pero torcido en su
andar; aconsejador inveterado para una vida feliz y útil, pero enfermo para
toda la vida. Siempre consideró al
recién llegado como un mendigo, sin derecho a pensar por sí mismo y le nulificó
la fortaleza que también ofrece AA en su Enunciado.
Si concluimos que
la auténtica recuperación depende del
espíritu comunitario de los AA, es fácil explicarnos la usencia de recuperados.
No existen porque no hay comunidad. No
los hay porque al hombre inmerso en su típico caso personal no puede ser parte
comunitaria. Ocupado únicamente en el
caso personal, el hombre se forjó en el molde del egoísmo; insensible, inhumano
y en contradicción con el Enunciado que nos habla de compartir experiencia en
AA, fortaleza y esperanza con otros seres humanos.
San Salvador, Julio de 1979.
No hay comentarios:
Publicar un comentario