La tolerancia

Tolerancia  :  indulgencia, respeto, y consideración hacia las maneras de pensar y de actuar de los demás, aunque éstas sean diferentes a los nuestros. 

Indulgencia: facilidad en perdonar las culpas ajenas.

Respeto      : miramiento y atención a la opinión de los demás.

Considerar : pensar, analizar, reflexionar en una cosa.  

En alcohólicos anónimos la tolerancia es la virtud mas útil en nuestras reuniones; los compañeros  mas avanzados llegan a adquirir, a través de practicar el programa de A. A. , la capacidad de amar, a producir en ellos el amor, ese amor que es entrega incondicional; lo desarrollan y lo comparten con los demás: recién llegados o viejos necesitados. Este amor, lo manifiestan en forma de tolerancia, todos los días en todas nuestras reuniones. Es bello, hermoso, divino, ver y experimentar estas actitudes virtuosas en nuestra comunidad.

La tolerancia nos lleva, día a día, a recibir con una sonrisa los pensamientos y actitudes de nuestros compañeros; ya no nos enojamos por sus actitudes o pensamientos; la sonrisa es producto de la comprensión hacia nuestros hermanos del mismo dolor, nos recordamos de nuestros primeros años en A. A., de una de las etapas más bellas nuestras y del amor recibido de nuestros padrinos. La tolerancia de los más avanzados hacia nosotros, nos ha permitido la estadía en A. A., que es muy importante y necesaria para nuestra recuperación. 

Si la tolerancia en A. A., fuera inexistente, no hubiéramos alcanzado los niveles de paz, serenidad, y tranquilidad que hoy tenemos; con la tolerancia exoneramos y nos exoneran de toda responsabilidad; entendemos que todo es culpa de la enfermedad mental y emocional, adquirida en la infancia; esta contaminación nos produjo los defectos de carácter, que son los que nos hicieron bebedores problemas, nos hicieron sufrir y en algunos casos nos continúan aguijoneando.    

  

La tolerancia nos regala el tener la capacidad de mirar y escuchar a nuestros compañeros; mirar sus actitudes y escuchar sus opiniones con comprensión y con la esperanza de que pronto les llegue la madurez, que producirá en ellos, una primavera permanente. Cuando pensamos y analizamos el porqué de nuestras actitudes y pensamientos, hoy y en el pasado alcohólico, concluimos en que realmente es porque fuimos victimas de victimas; porque absorbimos enseñanzas muy dañinas y porque aprendimos un estilo de vida fatal, que nos contaminó el espíritu. Con esta conclusión, se nos facilita el entender lo que fue nuestro problema alcohólico y a entender a nuestros compañeros que están padeciendo lo que nosotros padecimos y hemos resuelto; o sea llegamos a entender que son necesitados y dignos de la tolerancia.  

Hoy hemos desaprendido lo aprendido, hemos fundamentado nuestras ideas en principios sanos, valores universales y en la ética; hemos aprendido que la clave de las buenas actitudes y de los principios es la comprensión, y que las buenas actitudes son la clave del buen vivir.        

 Hvillacorta