Hablando de otro nacimiento…….digamos
que en la segunda parte del año1958, Eddie, un gringo que vendía seguros de una
compañía con oficinas en el pasaje Morazán de la todavía pequeña ciudad de San
Salvador, frecuentaba debido a la vecindad de sus respectivos trabajos a Torres Quiñones,
Jorge, quien era ejecutivo a la sazón de la naviera Graceline. Eddie ya estaba
en contacto con Julio Zamora y es de suponer que apenas se conocieron en casa
de Celia Trigueros pusieron manos a la obra. De esas visitas nace el grupo
inicial en un local del edificio Quiñones, del barrio concepción y propiedad de
una familiar de Torres Quiñones quien lo había gestionado. Relata Jorge que las
reuniones se limitaban a las explicaciones que daba Zamora de la tabla de Jellinek todas las noches y a las
exclamaciones de Eddie del “fenómeno” que AA resultara entre latinoamericanos.
L a repetición era cotidiana excepto en una ocasión que gracias al tic de
Julio, que justamente terminaba de hablar frente a mi relata Jorge, me sentí
invitado a hablar, que dijo no me lo dijo, pero seguramente dijo lo que todos
hubiésemos dicho, no quedaba de otra.
En una de esa noches ocurrió algo natural por la clase de individuos
que nos congregábamos, pero que causo escándalo en la seriedad de la reunión.
Dos sujetos sin camisa y con pantalones que se sujetaban con pitas al fondo del
salón, se peleaban a gritos un zapato. Esos mismos personajes los veríamos pocos años después en escenarios y
circunstancias bien diferentes: uno de ellos como periodista, y alto funcionario en casa
presidencial el otro entretanto se
destaco durante la primera década de nuestro movimiento, ejerció un notable
liderato merecido por su -pericia oratoria y recia personalidad, atribuyéndosele la
fundación de la ortodoxia de alcohólicos anónimos en el país.
Ricky Morales
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