sábado, 13 de abril de 2013

A través de la meditación y la oración mejoramos nuestro contacto consciente con Dios



La corriente filosófica “estoicismo”, nos ayuda mucho a los teólogos, a aclarar cada día mas la idea de Dios; Dios, nos dice el estoicismo, no quiere que el hombre lo adore, que se sacrifique por El, que lo venere, que se humille a sus pies ; lo que Dios quiere, señala,  es que usemos la razón; o sea que nos invita a que lo conozcamos a través de pensar, analizar,  discurrir, investigar,  reflexionar y a, desde luego, a sacar conclusiones propias sobre sus atributos y perfecciones. Lo que nos han ofrecido por miles de años es un Dios resultado del miedo, de la ignorancia; es por eso que el pobre dogmatico, le tiene más miedo a su Dios que al diablo.

Los sufrimientos, provocados por sus relaciones inadecuadas con la realidad, el no pensante, se lo atribuye a su Dios, que se lo enseñaron en su infancia y que lo mantiene intacto, no le ha agregado ni le ha quitado nada; el castigo cruel de su Dios amoroso, es para su corrección o perfección, dice el extreñido mental; cuando no tiene entendimiento dice: Dios sabe lo que hace, como rendido por su pereza mental. Muchas personas seguidores serios de Su Dios confuso, padecen de muchos males, no entendiendo el porqué de tanta desgracia, a pesar de su entrega, acercamiento, habladuría, búsqueda, congregación, “ganar almas”y lecturas bíblicas voraces, se frustran, se confunden, y se convierten en ateos silenciosos resentidos; les aparecen enfermedades neuróticas. 

Un muchacho pobre, le pedía a su Dios que le sanara a su madre, ya que estaba muy enferma y él no contaba con dinero, en sus oraciones le decía a su Dios: padre sana a mi madre que es lo único que tengo, sánala o dame el dinero para el hospital que me la curará, padre por favor sánamela! ; un vecino de buen corazón, conociendo el caso del muchacho le regaló un billete de lotería, el joven muy alegre le expresaba a su Dios aprendido: gracias padre por este regalo, has escuchado mi petición; se sacó la lotería, el billete le salió premiado; de esto se dio cuenta en la mañana; su madre falleció en la tarde.  

Un hombre se acerca al párroco católico para ofrecerle sus servicios de pintor, hacía falta pintar la cúpula de la iglesia en construcción, el párroco contento le dijo que si, que Dios lo había enviado para este trabajo, el buen hombre le expresó al párroco que el trabajo no tendría costo, que seria de gratis, el párroco lo bendijo por su buen corazón.  Comenzó el trabajo y estando en la parte mas alta de la cúpula se desplomó, se vino hacia abajo – falleció-.

Un grupo de “creyentes” saliendo de una vigilia, bajo una fuerte tormenta, transportados en un bus, fueron arrastrados por una corriente de un rio y triturados por la violencia de las turbulentas aguas; fue un número grande de victimas incluyendo ancianos y niños. Estando en pleno culto de avivamiento, les cae el techo de la iglesia a los feligreses allí presentes; hubieron muchos golpeados y heridos seriamente.

A un pastor evangélico muy conocido, le matan a su hija a apuñaladas; a un papa le disparan al corazón, frente a la catedral bajo su dirección. Una mujer en proceso de divorcio, por causas de su infidelidad, le pide a su ex marido que le tramite la visa de Estados Unidos, como un último favor; el ex marido victima, con trayectoria de buena gente, accedió a la petición, aun sabiendo que viajaría con su nuevo marido; la visa le fue concedida; se divorció y viajó, al ser  entrevistada en el   aeropuerto de Estados Unidos, le fueron anulados todos sus documentos y deportada hacia su país de origen. Una señora entregada a su iglesia, con muy buen testimonio, una señora muy buena gente, muy querida por todos sus vecinos y hermanos de la congregación, sufre un grave accidente al bajarse de un autobús, se le quebró el pie, quedando incapacitada de por vida.   

Estos ejemplos y muchos mas, son los que nos deben poner a pensar, que es lo que sucede aquí, que pasa con Dios, que papel juega el Dios amoroso, bondadoso en estos sucesos; no debemos quedarnos solo pensando “Dios sabe lo que hace”, debemos encontrar respuesta a todos estos hechos; hay respuesta, hay causas y efectos; nada ocurre porque si; Dios no tiene nada que ver en estos sucesos, los causantes somos los humanos, debemos ser responsables de nuestros actos y sus consecuencias.       

Razonando, sabemos que los humanos somos mortales, que moriremos tarde o temprano, por una contaminación, por vejez, o por un accidente; no nos debe sorprender un acto de la vida que es la muerte. La imprudencia nos lleva a sufrir percances fatales, debemos ser moderados en la vida para evitar estos acontecimientos, abrir los ojos en cada paso que damos; debemos entender que existen enfermos mentales, de los cuales hay que cuidarse mucho. Los hombres hemos creado normas de convivencia, que afectan a unos y favorecen a otros.

Razonando, nos damos cuenta que la perfección de Dios es tan grande, que El saca provecho, para beneficio de nosotros, de estos resultados negativos provocados por nuestras actitudes; resultados como el sufrimiento. Dios nos ha dado la capacidad de razonar, para que la usemos, para que encontremos las causas de nuestros sufrimientos;  si las encontramos realmente y las eliminamos,  saldremos ganadores; ganadores de una vida placentera espiritual;  con capacidad, con la habilidad para relacionarnos adecuadamente con la realidad. Basta pues, aplicar la razón para entender, comprender, convivir y disfrutar esa divinidad creadora de la bondad, la paz, el amor, la ternura, la serenidad, el gozo, y  la justicia.    


Para mis hermanos y amigos Alcohólicos Anónimos


Henrrish Villacorta

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