Ustedes saben que soy un alcohólico
anónimo mas, pero cuidadoso de acatar sugerencias sin antes analizarlas a
fondo. Entre otras de igual importancia esta el programa de doce pasos, de
quien he oído y hablado durante cincuenta años.
Sin mutilarlo he obviado sin
desacreditarlo lo que el Judaísmo le aporta en su estructura espiritual, para
apreciar mejor sus planteamientos vitales, tácitamente aceptables en su
carácter y efectos unitarios y de servicios todo en el marco recuperativo.
Sobre ello, y en aplicabilidad justa
a la realidad social que se vive en el país, donde los jóvenes se matan entre
si y los que nó, entran en una mecánica de la vida que inevitablemente los
lleva en convertirse en cosa, indiferentes a lo que les rodea. Los que se matan
llegaron a odiar la vida y los otros solo a disimularla. Y no pudimos hacer
nada; si AA., sobrevive en la presente generación, ese futuro le espera.
En nuestro tiempo todavía
funciona cambiar uno. En cincuenta años ha sido así y ese es el plan original
de su creación. 1935 o si se quiere 1960, ha quedado lejos, por este ultimo
año, 1960, recién habíamos alcanzado los dos millones de habitantes en el país,
éramos un país holgado de ciudades pequeñas, los bolos solo eso éramos, a pesar de viajar a Panamá en los 40, la marihuana no había ocurrido aún.
Explicarse y comprender la
barbarie actual es un paso que ni AA. lo tiene. Si lo encontramos algún día
seria el primer paso de AA., para poder
cambiar ella misma.
Ella no podrá hacerlo sola, tendríamos
que ayudarla como ella a nosotros. Millones la hemos leído, repasado, aprendido
y repetido muchas veces, infinidad de veces durante 75, 50 años. Tanta veces
repetida e interpretada que ya no es la misma doctrina o teoría originaria, ya
no contamos con Bill con una autentica interpretación tampoco.
La repetición fosiliza y puede
llegar – sino llego ya—A LA DEFORMACIÓN.
Ricky Morales
San Salvador, 23 de
Septiembre de 2011.
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