La
voluntad de acción
(Disposición
inicial de aceptación de una voluntad superior en la que se apoya la voluntad
personal – Es una actividad pasividad circular en la acción en la que se
resuelve la unidad de relación consigo mismo, los otros y el poder superior)
Autogeneración
de la propia figura humana, liberación de la
dominación negativa de las identidades, posiciones y situaciones sociales,
interpersonales. Capacidad de configurar su vida de acuerdo con lo que se
figura y desea como forma ideal, realizándola según sus capacidades y
posibilidades.
Del ser y
del tener: Libertad para generar el
propio significado personal en el mundo y situación en la que se esta siendo, liberación
de las alienaciones y dominaciones negativas en las que se habita (identidad
alienada, dispersión, fragmentación, conflicto, dependencia, exclusión, etc).
En
sentido etimológico el tema puede ser
interpretado así: “querer o desear ponerse en acción para que algo sea, dar la
batalla personal para generar un cambio; la acción voluntaria es una acción
esperanzada, se cree firmemente en la posibilidad de su realización, se es
responsable de lo que se quiere ajustado a lo que se puede (capacidad y posibilidad)”
En la
producción del significado personal es esencial lo siguiente:
1) Aprehensión de sí mismo en la profundidad de su querer ser
(aprehensión implica lo intelectivo, afectivo, volitivo).
2) Ajustamiento a la capacidad y posibilidad con la que se cuenta
en la situación que se está (El grupo pasa a ser novedad en la generación de
capacidad y posibilidad, capacitación y posibilitación creciente).
3) Disposición a la acción de lo que se quiere, en un querer que
implica a los próximos en las situaciones y vínculos que se está siendo;
capacitación del propio poder para realizar su ser posible.
James Prochaska ha
identificado CUATRO ETAPAS EN EL PROCESO DE CAMBIO DE CONDUCTA:
a) Precontemplación (estado de
resistencia al cambio)
b) Contemplación (lo que se
quiere cambiar, ponderación de los pro y
contras del cambio)
c) Acción (ejercitar la fuerza
de voluntad para lleva a cabo el cambio)
d) Sostenimiento (activación de
la fuerza de voluntad para apuntalar y sostener el cambio)
Acción implica no ser un mero
contemplador o conversador o discutidor del cambio sin que se ponga en acción,
es en el aquí y ahora que opcionalmente se pone en marcha el dinamismo de
cambio.
Sugerencias para facilitar la
creación del poder de voluntad: fijación específica del
objetivo, tener fe en lo que se quiere, estimulación del amor propio,
reafirmación constante de la voluntad, prever y reconocer las dificultades, ser
paciente, estimular la fortaleza y sobre todo aplicar la voluntad con una dosis
de realismo, es decir, de las propias capacidades y posibilidades con las que
se cuenta para realizar lo que se quiere.
Hibert Coca propone "entrenar" eficientemente la fuerza
de voluntad apoyado en tres aspectos esenciales (DEC):
1.
El desear 2. El
Esperar 3. El Creer
Desear la meta:
Primero, uno debe desear una meta. Las personas que saben lo que "quieren” pero sin realizarlo en sus acciones, solamente se frustran por lo que saben que no tienen en sus vidas. Pero el desear de la voluntad va mucho más allá: es desear con energía, desear con fuego, con el corazón y la mente.
Primero, uno debe desear una meta. Las personas que saben lo que "quieren” pero sin realizarlo en sus acciones, solamente se frustran por lo que saben que no tienen en sus vidas. Pero el desear de la voluntad va mucho más allá: es desear con energía, desear con fuego, con el corazón y la mente.
Esperar la meta:
El segundo elemento es el esperar. Esperar no es quedarse esperando a "ver qué pasa". No sólo lo desea, sino que espera que suceda gracias a sus acciones en las que realiza su mundo posible.
El segundo elemento es el esperar. Esperar no es quedarse esperando a "ver qué pasa". No sólo lo desea, sino que espera que suceda gracias a sus acciones en las que realiza su mundo posible.
Creer en la meta:
El tercer y último elemento es la creencia. Creer que llegará el momento, que se producirá el resultado.
El tercer y último elemento es la creencia. Creer que llegará el momento, que se producirá el resultado.
No olvidemos, que la
fuerza de voluntad se torna más dinámica cuando se aplica a propósitos
positivos y estimulantes.
Etimología de las
palabras acción y voluntad
Del lat. “actionem”, ac. de “actio”, proveniente
del participio “actum” del verbo “agere” – “hacer, poner en movimiento, conducir”,
derivado de la raíz indoeuropea *ag- “conducir, mover” y se encuentra en demás
lenguas como en el griego ἄγω – “ágo” – “conducir, guiar”, o ἀγών –
“agón” – “reunión, encuentro”. En sánscrito se encuentra “ajati” – “conduce” en
nord. ant. “aka” – “conducir” y en ir. med. “ag” – “batalla”.
VOLUNTAD
Voluntad del latín voluntas de los verbos volo/velle que significan querer,
desear; relacionados con el griego elpis que
significa esperanza y del lituanio vilivos
que significa esperar, desear.
A continuación texto tomado del
judaísmo y los doce pasos
“El judaísmo nos enseña que la persona debe
alcanzar la excelencia en tres relaciones paralelas: 1. Con uno mismo; 2. Con
otros; 3. Con Dios.
Relación
conmigo mismo implica mantener un registro honesto de mi carácter en cuanto a
mis fortalezas y mis defectos; conciencia de mi propósito de vida y tomar
responsabilidad sobre mis actos.
Relación
con los demás se traduce en cumplir con el rol personal de cada uno en este
mundo, pensar cómo puedo beneficiar a los demás, y estar consciente del impacto
que tengo en aquellos con los que tengo contacto.
Una
relación con Dios me pone en contacto con el Poder Infinito en este mundo,
conectándome con el placer último y trascendente, y me permite humildemente ver
mi lugar en el grandioso esquema de la Creación.
Pasos
Uno Al Tres
Mirando a través de este prisma, podemos ver cómo
los Doce Pasos enfrentan estas tres relaciones en el proceso de recuperación.
- Paso Uno: Admitimos estar sobrepasados por – lo que corresponda – y que nuestra vida se ha vuelto inmanejable.
- Paso Dos: Llegamos a creer que un poder más grande que nosotros mismos puede sanarnos.
- Paso Tres: Tomamos la decisión de redirigir nuestra voluntad y nuestras vidas hacia la preocupación por Dios, como nosotros lo entendemos.
Los pasos comienzan con una intensa autoconciencia
y con el reconocimiento de la raíz del problema – la inhabilidad de cambiar el
comportamiento sólo con la voluntad, y reconocer las consecuencias de mi
conducta (paso uno: relación del individuo consigo mismo).
Los pasos dos y tres son una transición en la
relación entre el individuo y Dios, reconozco que el Creador del Universo puede
cambiar mi conducta (paso dos) si tomo las medidas necesarias (paso tres).
Puesto en términos simples "Yo no puedo, Él si puede, creo que Lo voy a
dejar".
Algunos discuten equivocadamente que declararse
impotentes va en contra de la visión que tiene el judaísmo acerca del libre
albedrío – "Si en realidad decido hacer algo, seré capaz de vencer
cualquier obstáculo".
Sin embargo, el Talmud nos dice lo contrario. Se
nos enseña que el Ietzer Hará de la persona (su inclinación hacia el
mal) se hace más fuerte y se renueva cada día. Y que sin la ayuda de Dios, no
somos capaces de sobreponernos (Kidushin 30b).
Un postulado básico del judaísmo es que todo está
en las manos del Todopoderoso, excepto por el temor reverente al Cielo (Brajot
33b). La única autonomía que poseemos en este mundo es la percepción (yiré)
– vernos a nosotros mismos en relación al Creador del Universo, con el
consiguiente sobrecogimiento que resulta de tal observación. Nosotros tenemos
la libertad de elección, pero depende completamente del Todopoderoso que esta
elección se traduzca exitosamente en acción.
La enfermedad de la adicción no es más que el Ietzer
Hará, nuestro ser más bajo, manifestándose en las personas dado un
particular desafío en la vida. Sin Dios somos realmente impotentes.
Pasos Cuatro al Siete
- Paso Cuatro: Hacer una introspección y un riguroso inventario moral de nosotros mismo.
- Paso Cinco: Admitir frente a Dios, frente a nosotros mismo y frente a otros seres humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
- Paso Seis: Estar completamente dispuestos a que Dios remueva nuestros defectos.
- Paso Siete: Solicitarle a Él, humildemente, remover nuestros defectos.
El proceso de recuperación continúa con un completo
y valiente inventario personal (jeshvón ha-nefesh). El paso cuatro se
enfoca, entre otras cosas, en el desafío de la arrogancia, el egoísmo y la
indulgencia que se encuentran frecuentemente en los adictos mientras están en
la agonía del comportamiento compulsivo.
Reconocer estos defectos de carácter frente a uno
mismo, frente a Dios y hablarlos con otras personas versadas en recuperación,
es clave para corregir la conducta. Esto no es una confesión o búsqueda de
absolución, como algunos concluyen erróneamente, sino que se trata de un método
de tres etapas de detección e identificación concreta de fallas específicas
para construir un plan de acción efectivo.
La contabilidad espiritual es una piedra
fundamental para el desarrollo del carácter en el judaísmo. Trabajar con un
socio (javruta) o con un rabino para hablar de asuntos y desarrollar
estrategias para mejorar es una práctica que se recomienda (pasos cuatro y
cinco: la relación de la persona consigo misma).
En los pasos seis y siete, nuevamente vemos una
transición en la relación de la persona con Dios. Reconocemos que Él es la
fuente del éxito para alcanzar nuestros objetivos, y se nos invita ser
pro-activos para solicitar esa asistencia.
Pasos Ocho Al Diez
- Paso Ocho: Hacer una lista de todas las personas a las que hemos dañado, y estar dispuestos a disculparnos con todos ellos.
- Paso Nueve: Arreglar las relaciones con esas personas, cuando sea posible, excepto cuando hacerlo los heriría a ellos o a otros.
- Paso Diez: Continuar con un inventario personal y cuando estamos equivocados, admitirlo rápidamente.
¿Cómo
podemos pedir perdón a nuestro Creador si no estamos dispuestos a tomar
responsabilidad por nuestras acciones para con otros?
La responsabilidad en nuestra interacción con otros
está claramente delineada en estos tres pasos. El comportamiento adictivo puede
tener un impacto negativo en personas tanto lejanas como cercanas al adicto. La
recuperación es en gran parte un proceso de sanación, no sólo de nosotros
mismos, sino también de cualquier relación que pudimos afectar negativamente.
La costumbre universal de identificar los problemas
y roces con aquellos que están cerca nuestro para pedirles perdón, es una
práctica común en nuestras actividades previas a Iom Kipur: ¿Cómo podemos pedir
perdón a nuestro Creador si no estamos dispuestos a tomar responsabilidad por
nuestras acciones para con otros?
Pasos Once y Doce
- Paso Once: Mejorar nuestro contacto consciente con Dios a través del rezo y de la meditación, rezando sólo para conocer Su Voluntad y para tener la fuerza necesaria para llevarla a cabo.
- Paso Doce: Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratar de llevar este mensaje a otros alcohólicos, drogadictos, comedores compulsivos, jugadores compulsivos, etc. Y poner en práctica estos principios en todos nuestros asuntos.
Los pasos continúan con la responsabilidad
colectiva de continuar invirtiendo en nuestra conexión individual con Dios, al
mismo tiempo que nuestra obligación comunitaria de usar nuestra recuperación
para ayudar a otros. Puesto en términos simples: "No puedes recibirlo a
menos que lo regales". Como lo enseña Maimónides, el nivel más alto de
cumplir con la mitzvá de amar a Dios, es ayudar a que otros hagan lo mismo.”
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