- El abatimiento ideológico contemporáneo nos puede hacer creer que retrocediendo avanzamos. Filosofar – lo que intentamos como grupo no precisa para ser excelente el tino político. Tampoco filosofar es una garantía la perspicacia cívica. De manera que – al filosofar solo expresamos la relación de nuestra subjetividad y A.A., cuyo valor es mayor a su deterioro.
- No es accesible a nuestra memoria el significado original de las tradiciones, por lo tanto la conciencia que sobre ellas hemos desarrollado los miembros no fundadores, es de oídas. Solo la habituación y el sentido histórico nos permiten la autenticidad de las mismas.
- La mayoría de los A.A. vive en el costumbrismo sin leer la fecha de su caducidad. Volvieron contradictorio la idea del bien común: la práctica tan popular de compartir terminó en lograr que ahora nadie quiere saber de Alcohólicos Anónimos.
- Los principios de A.A. no son accesibles en el sentido de que no están al alcance sin merecerlos.Y es que su bien no es común, no es para todos, sino para aquellos que se esfuerzan.
- Libre de incidentes biográficos individuales, excepto los relevantes, el compartimiento del Grupo Central propicia la posibilidad objetiva de lograr que se vuelva un interés común el bienestar de todos.
- Es tal la vulgarización que en Alcohólicos Anónimos se ha dado, que ya lo más alto está vedado para muchos, a quienes sin embargo nadie les ha quitado nada.
Ricky Morales
San Salvador, 5 de Septiembre de 2013.
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