Ricky Morales
El trabajo de AA - por no mencionar
la “cura,” para que todos estemos de acuerdo - consiste en hablar y repetir lo hablado,
lo conveniente sería: Repensar lo que comúnmente decimos y hacemos, con el propósito
de refrescar las ideas.
Solo en AA se da que un viejo entienda a un joven porque tuvo hace años su edad:
absurdo. Improbable porque a los viejos
ya los conocimos viejos, no jóvenes, ni sabremos cómo serán de viejos los
jóvenes actuales. ¡Paradójica nominación llamar movimiento a una asociación involutiva
¡
En verdad los actuales AA en El Salvador
si habían nacido eran infantes cuando AA con su mensaje arribo a El Salvador;
desde entonces AA viene haciendo lo mismo si se le llama hacer al no progresar ni
evolucionar. No hemos avanzado, seguimos estudiando lo que nos dicen que
estudiemos que no es más lo que doctrinariamente una generación entendió como
verdad, y de mantener ese proceso de
producción fabril y senil cuyo producto final no termina de llegar como la
vuelta de Cristo.
La fuente del conocimiento compartido
se lleva a cabo en seminarios organizados por las instituciones de servicio,
pero como se analiza lo que ya se sabe se vuelven verdaderos “desanimarios”, no
por un equívoco fonético sino porque lo que hablan desanima a cualquier
espíritu con mediana decencia.
Los expertos sostienen que los
cambios en la palabra se producen de individuo a individuo, que se suceden,
pero que como en AA no hay sucesión generacional tampoco la hay verbal, así las
palabras han dejado de reproducirse en novedad o nuevos aportes y alarmantemente como en AA no tenemos problemas
de acústica, probablemente llegaremos al
milenio hablando lo que de sabido sabemos, sin haber encontrado una verdadera
sucesión.
Lo sabroso del cambio colectivo está
en las ideas, los sentimientos que traen las nuevas generaciones, en el tiempo
que de AA tiene de existencia podemos estimar a individuos de 30 años que con
los años inmediatos por vivir pueden volverse ejecutores de acciones que superarían
ese atraso, lo que nos lleva a esperar una edad productiva en AA de hombres
biológicamente establecidos de los 40 a los 60 años. Pero ese fue un modelo
social que no llego nunca a concretarse, por el contrario el recetario
generacional avejentó al recién llegado por lo que no era de esperar que los
muchachos de ahora pensaran igual que yo, aunque tenga 50 años de militancia, comprometido
desde los comienzos con una práctica intelectual critica y superadora del campo
doctrinario del alcohólico anonimismo.
Caso contrario esperaríamos evidentes
transformaciones en AA evitando seguir como al principio, volviendo sagradas
las costumbres, ya caducas en el resto de la sociedad. Todavía durante este año
los grupos repasaron las tradiciones grupalmente pues no han logrado colectivamente dar un salto de calidad.
¡Que orgullosos estaríamos de nuestros compañeros si las hubiésemos tenido en
cuenta! Sin embargo si seguimos produciendo hombres usados, hombres sin
regeneración estaremos resucitando cadáveres
en un ciclo mortuorio sin fin. El que está por irse quiere resucitarse en el
nuevo.
Todo esto es la frenética
obsesión de pensar solamente como
problema de salud el alcoholismo no dando lugar a la expansión del espíritu ni
al desarrollo de las ideas que nos volvería contemporáneos con la humanidad más
excelsa de la actualidad. No hay que ver AA como al hospital rosales lo ve el
pueblo enfermo cada vez más vetusto e ineficiente.
San Salvador, 6 de Diciembre de 2012.
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