martes, 24 de septiembre de 2013

A MANERA DE REQUIEM



Ricky Morales

El trabajo de AA - por no mencionar la “cura,” para que todos estemos de acuerdo - consiste en hablar y repetir lo hablado, lo conveniente sería: Repensar lo que comúnmente decimos y hacemos, con el propósito de refrescar las ideas.
Solo en AA se da que  un viejo entienda  a un joven porque tuvo hace años su edad: absurdo. Improbable porque  a los viejos ya los conocimos viejos, no jóvenes, ni sabremos cómo serán de viejos los jóvenes actuales. ¡Paradójica nominación llamar movimiento a una asociación involutiva ¡

En verdad los actuales AA en El Salvador si habían nacido eran infantes cuando AA con su mensaje arribo a El Salvador; desde entonces AA viene haciendo lo mismo si se le llama hacer al no progresar ni evolucionar. No hemos avanzado, seguimos estudiando lo que nos dicen que estudiemos que no es más lo que doctrinariamente una generación entendió como verdad,  y de mantener ese proceso de producción fabril y senil cuyo producto final no termina de llegar como la vuelta de Cristo.
La fuente del conocimiento compartido se lleva a cabo en seminarios organizados por las instituciones de servicio, pero como se analiza lo que ya se sabe se vuelven verdaderos “desanimarios”, no por un equívoco fonético sino porque lo que hablan desanima a cualquier espíritu con mediana decencia.
Los expertos sostienen que los cambios en la palabra se producen de individuo a individuo, que se suceden, pero que como en AA no hay sucesión generacional tampoco la hay verbal, así las palabras han dejado de reproducirse en novedad o nuevos aportes y  alarmantemente como en AA no tenemos problemas de acústica,  probablemente llegaremos al milenio hablando lo que de sabido sabemos, sin haber encontrado una verdadera sucesión.
Lo sabroso del cambio colectivo está en las ideas, los sentimientos que traen las nuevas generaciones, en el tiempo que de AA tiene de existencia podemos estimar a individuos de 30 años que con los años inmediatos por vivir pueden volverse ejecutores de acciones que superarían ese atraso, lo que nos lleva a esperar una edad productiva en AA de hombres biológicamente establecidos de los 40 a los 60 años. Pero ese fue un modelo social que no llego nunca a concretarse, por el contrario el recetario generacional avejentó al recién llegado por lo que no era de esperar que los muchachos de ahora pensaran igual que yo, aunque tenga 50 años de militancia, comprometido desde los comienzos con una práctica intelectual critica y superadora del campo doctrinario del alcohólico anonimismo.
Caso contrario esperaríamos evidentes transformaciones en AA evitando seguir como al principio, volviendo sagradas las costumbres, ya caducas en el resto de la sociedad. Todavía durante este año los grupos repasaron las tradiciones grupalmente pues no  han logrado colectivamente dar un salto de calidad. ¡Que orgullosos estaríamos de nuestros compañeros si las hubiésemos tenido en cuenta! Sin embargo si seguimos produciendo hombres usados, hombres sin regeneración  estaremos resucitando cadáveres en un ciclo mortuorio sin fin. El que está por irse quiere resucitarse en el nuevo.
Todo esto es la frenética obsesión  de pensar solamente como problema de salud el alcoholismo no dando lugar a la expansión del espíritu ni al desarrollo de las ideas que nos volvería contemporáneos con la humanidad más excelsa de la actualidad. No hay que ver AA como al hospital rosales lo ve el pueblo enfermo cada vez más vetusto e ineficiente.
San Salvador, 6 de Diciembre de 2012.

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