miércoles, 29 de mayo de 2013

Hacia las profundidades de A.A


La acción y la alegría mi querido amigo tiene para mi sus propias aristas; la primera, la libertad de pensar AA desde un modo distinto al programa y la segunda la libertad también de ser consecuente con una guía ética desprogramada, es decir higienizada de las tradiciones alcohólico anonimistas. Con ello vale  el intento de aclarar nuestra agnóstica posición respecto al poder superior y la ingobernabilidad vital señaladas en el segundo paso. Como usted utiliza los ejemplos encontrados en la correspondencia entre Bill W. Y Carl Jung, me atrevo yo a darles una lectura distinta, en sus citas encontramos una entusiasta apreciación de las tradiciones y especialmente de los doce pasos avalada por el prestigioso pensador suizo, en tal afirmación pareciera que una celebridad como Jung oficiara el sacro bautismo de la ley escrita de los AA en el mundo. Sin embargo mi estimado amigo también existe otra lectura de tal acontecimiento. En ella el explorador de la sique nos lanza una mirada desde su más alto pedestal moderno para intentar decirnos que no habiendo alternativa ante la pequeñez espiritual del mundo contemporáneo debía encontrarse el mecanismo adecuado que relanzará la sique hacia una salida de la enfermedad, en donde el remedio movilizara un arquetipo medieval lleno de fabulación y misticismo  a la altura del espíritu que demandaba la sanación. ¿Entonces qué lejos estaban los hombres con espíritus e inteligencias más refinadas para aceptar tal programa? Convertido en un tótem mágico incluso se situaba mas allá de la crítica para fortalecer una ortodoxia que finalmente ha llevado a la comunidad AA al borde de la extinción. Entonces ¿existe otra interpretación del poder superior? Al parecer es una posibilidad planteada en el gran libro, en donde tal poder superior puede relativizarse y dejar de constituir una tara religiosa que confiere poder a la letra y a los mediadores que manejan los grupos. Así la sentencia spiritus contra spiritus, podría transformarse en spiritus versus espíritu crítico, una reformulación necesaria para gobernar la vida mas allá de la abstención. Así la verdadera recuperación más allá del afán terapista intentaría movilizar en el sujeto AA una fuerza espiritual que lo cualificara como ciudadano del mundo, con libre deliberación sobre alcohólicos anónimos y su concepción, atento sobre todo a la necesaria reformulación de las tradiciones heredadas. Si no nos apresuramos, el segundo paso terminara fortaleciendo una institución generadora de idolatría y de vidas realmente ingobernables desde una falsa abstención. La ebriedad seguirá su curso por instancias vitales del espíritu humano convertidas en fanatismo religioso y en humanidades desintegradas, de los problemas fundamentales que  colocan hoy día en riesgo a nuestras sociedades.

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