He leído su entrega respecto a la familia, si las cosas son
como usted dice yo optaría por no volver, porque si bebí por esas
circunstancias que caso tiene volver ahora que ya no bebo, en cambio AA propone que seamos de nuevo responsables que
asumamos el rol que nos corresponde dentro de la familia que en nuestro
alcoholismo atrofiamos. Para que voy a correr el peligro de volver a familias
para olvidar; particularmente yo no conocí un AA con esos antecedentes familiares,
ni tuve lo alcanzativo de hurgar.
Henrrich, al leer su cruento relato respecto a los graneros
familiares de donde surgen los AA, antes de proseguir déjeme decirle que yo
optaría por no volver a esa comunidad sociópata que me potenció una biografía
tan turbulenta y alcohólica, quizá porque no soy cristiano militante o porque
en todo caso, el carácter donativo del buen cristiano carece de sentido en tales
circunstancias, en donde como decía Jesús
dejemos que los muertos entierren a sus muertos. En realidad pensando en AA
parece que esos nichos de terror social se han instalado en los recintos
grupales, mientras la sicoterapia del programa recicla los males espirituales
de sus miembros, hoy cada vez más complejos en violencia interior y múltiples adicciones.
No es con golpes de pecho que vamos a querellar con estos padecimientos sino
desmontando los verdaderos males morales originados en la ortodoxia del
tradicionalismo alcohólico anonimista: la religiosidad, Dios, el enfermismo, el
culto al programa y la sicoterapia en orfandad de corrientes culturales más
complejas. No es por cierto AA en las actuales circunstancias un aula generosa sino
solo un freno a la dipsomanía y un potrero abierto para el galope de la
neurosis, el conservadurismo de ideas y el miedo a las libertades más nobles de
la creatividad social. Pensemos entonces en secularizar AA de este marisma y
construyamos un eclecticismo fundacional
que sospeche de las verdades más sagradas y de
los así llamados valores más puros.
Mi querido Henrrich, comprendo la idea suya noble de ayudar,
pero es mi deber de AA advertirle del desprestigio que para la
institucionalidad de nuestro movimiento, signifique imaginar abusivamente las
cosas.
San Salvador, 9 de Mayo de 2013.
Ricky
Morales
No hay comentarios:
Publicar un comentario