miércoles, 29 de mayo de 2013

LA FAMILIA DESPUES SEGÚN HENRRICH



He leído su entrega respecto a la familia, si las cosas son como usted dice yo optaría por no volver, porque si bebí por esas circunstancias que caso tiene volver ahora que ya no bebo, en cambio AA  propone que seamos de nuevo responsables que asumamos el rol que nos corresponde dentro de la familia que en nuestro alcoholismo atrofiamos. Para que voy a correr el peligro de volver a familias para olvidar; particularmente yo no conocí un AA con esos antecedentes familiares, ni tuve lo alcanzativo de hurgar.

Henrrich, al leer su cruento relato respecto a los graneros familiares de donde surgen los AA, antes de proseguir déjeme decirle que yo optaría por no volver a esa comunidad sociópata que me potenció una biografía tan turbulenta y alcohólica, quizá porque no soy cristiano militante o porque en todo caso, el carácter donativo del buen cristiano carece de sentido en tales circunstancias, en  donde como decía Jesús dejemos que los muertos entierren a sus muertos. En realidad pensando en AA parece que esos nichos de terror social se han instalado en los recintos grupales, mientras la sicoterapia del programa recicla los males espirituales de sus miembros, hoy cada vez más complejos en violencia interior y múltiples adicciones. No es con golpes de pecho que vamos a querellar con estos padecimientos sino desmontando los verdaderos males morales originados en la ortodoxia del tradicionalismo alcohólico anonimista: la religiosidad, Dios, el enfermismo, el culto al programa y la sicoterapia en orfandad de corrientes culturales más complejas. No es por cierto AA en las actuales circunstancias un aula generosa sino solo un freno a la dipsomanía y un potrero abierto para el galope de la neurosis, el conservadurismo de ideas y el miedo a las libertades más nobles de la creatividad social. Pensemos entonces en secularizar AA de este marisma y construyamos un eclecticismo  fundacional que sospeche de las verdades más sagradas y de  los así llamados valores más puros.
Mi querido Henrrich, comprendo la idea suya noble de ayudar, pero es mi deber de AA advertirle del desprestigio que para la institucionalidad de nuestro movimiento, signifique imaginar abusivamente las cosas.
San Salvador, 9 de Mayo de 2013.
                                                                                              Ricky Morales

El amigo en alcoholicos anónimos



Cuando recuerdo esas amistades profundas en mi alcoholismo, viene a mi mente la solidaridad, la entrega, la confianza; que grandes y significativas amistades se dan dentro de la camada de alcohólicos en actividad; en esas manadas de bolos -somos testigos- hay unas amistades puras, sinceras y desinteresadas; recuerdo que una vez en el grupo Centroamérica, contaba el compañero William M. que él y otros bolos amanecieron bien de goma,  y que solamente tenían un trago para quitarse la goma; por acuerdo unánime de los bolos, al que estaba más necesitado del trago, mas de goma, mas jodido le dieron ese trago codiciado.
En mi época  de  bebedor, nos conducíamos varios bolos en el carro de un amigo, los de atrás incitaron al conductor a que se pasara el alto como una muestra de valor; así fue y nos dio en la parte de atrás el vehículo contrario, le dije al bolo conductor que se aparcara en la siguiente cuadra; los incitadores, a excepción de uno,  fueron los primeros que salieron como ratas huyendo del carro, el que se quedó le dijo no te preocupes esto lo vamos arreglar, no estás sólo; arreglamos con la víctima y todo salió bien; me gusto este acto del amigo, fue un gesto muy noble; un acto de solidaridad.
En el restaurante  Hawái In –camino a Mejicanos-  nos encontrábamos chupando los bolos de siempre; uno de los presentes estaba llorando porque su amor, su novia, su mujer lo había dejado por otro; recuerdo que en la cinquera  marcaba la misma canción de Juan Gabriel: no me vuelvo a enamorar; cuando de repente veo a los otros bolos que  también estaban llorando, como acompañando al amigo despechado y le decían: ya no llores, esto ya te va a pasar-limpiando sus propias lagrimas de sus ojos-; desde luego que yo también me eche mi lloradita para acompañar a mi amigo. Que interesantes estos gestos, esta amistad, esta solidaridad en el ambiente de bolos. Esforcémonos por ser amigo de todos los Alcohólicos Anónimos, ser sinceros, desinteresados, comprensivos, considerados y tolerantes.
Un amigo fiel es un refugio seguro, el que encuentra un amigo ha encontrado un tesoro; el amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor, un amigo es remedio de vida. Por todo esto pienso que dentro de Alcohólicos Anónimos, debemos fomentar la amistad, fomentar el afecto personal, puro y desinteresado que nace y se fortalece con el trato; en lo personal, dentro de nuestra comunidad, he disfrutado de muchos amigos, he disfrutado del respeto y aprecio de muchos compañeros que me han regalado su bella amistad, amistad que la he gozado en mi alma; una de las cosas más bellas que he experimentado en mi vida, ha sido el recibir el aprecio -desde mis inicios hasta hoy- de los Alcohólicos Anónimos; aprecio que me ha mantenido sintiéndome importante dentro de cada grupo que visito, y desde luego esto  ha provocado  nacer en mi, mucho afecto amistoso para todos mis compañeros en A. A.   Ser amigo para siempre…      
        
       

hvillacorta

REFLEXIONES EN CUARESMA II



REFLEXIONES EN CUARESMA II

En AA siempre somos los mismos y lo mismo, no se observa su crecimiento en números que entusiasmen una renovación generacional, y los que ingresan vienen sin ánimos de cambiar nada y de no cambiar ellos tampoco. Solo quieren aprender a vivir con sus debilidades sicológicas sin beber, en una especie de lucidez enfermiza, quieren ser como siempre, permanecer en el quietismo sin las dificultades que implican el proponerse AA  como problema ante ellos mismos y ante el mundo que les da cobijo en las diversas sociedades humanas;  no obstante es de reconocer la altruista actitud de compañeríos que de manera extraordinaria se empeñan  en fundar, mantener  y reforzar  otros grupos muy escasos de miembros; se esfuerzan, y digo se esfuerzan porque son my pocos los que llevan  a los AA a moverse. Es loable su constancia por mantener la llama refulgente que vio nacer el movimiento en esta época de desgano.
Incluso existen compañeras muy talentosas que contribuyen a esa titánica labor,  porque ahora AA se ha vuelto un viejo (que ya no quiere nada), entretanto hay otro sector que radicaliza su yoismo, un afán intimista que deslinda a sus acólitos  aun mas de la realidad apremiante de AA: quieren hacer de AA algo académico como que si la fortaleza de carácter se aprendiese sin las enseñanzas de la vida, tan llena de pluralidad y sensualidad exterior.
Ser AA no se aprende, en realidad no se aprende a ser uno mismo, ni religiones, ni gurús, ni retiros ¿espirituales? O como se les llama generalmente; practicas de pasos, sirven para ello. Mucho menos se aprenderá si desintegramos la vida que por naturaleza es mundana, llevando una parte de ella a un espiritualismo de doctrina y recetario. Enterito debe enfrentarse uno al mundo para conocer el camino más allá del temor y de la incertidumbre, lo que implica no correr tras otro ni seguir ejemplos.
Lo que nos hizo sentirnos perdidos y que vanamente buscamos en los mundos religioso, laboral o social no está sino en descubrir,  en comenzar a entender lo que realmente nos da placer y lo que no, dejando muy  claro que lo imperecedero es la dicha de la búsqueda. En verdad desde el comienzo, desde que dejamos de  beber empezamos a gozar y causamos regocijo a los demás, sin ningún esfuerzo, nos pusimos aptos para el placer y hicimos del dios concebido desde la vida un dios complacido que justifico ese modo doctrinario de ser como único fin de la vida.
En esta situación actual nadie salva a nadie porque hasta dios es un placer, gozan a dios, sin su permiso;, le entregan su vida, una vida por la cual no se ha hecho gran cosa, solo  se ha limitado a  imitar a otros. Sin embargo todo eso es también mundano como mundana es la otra opción:  la de ser seriamente responsable ante los demás, especialmente ante los AA, no negarse al mundo por sus conflictos y problemas, encararlos con coraje, tomar fortaleza de nuestra vida anterior, vivir con pasión el presente y esperar el futuro con la valentía de la experiencia. Aprender todo el tiempo de la vida, ser maestro de uno m ismo y mostrarse como testimonio de AA.


Hacia las profundidades de A.A


La acción y la alegría mi querido amigo tiene para mi sus propias aristas; la primera, la libertad de pensar AA desde un modo distinto al programa y la segunda la libertad también de ser consecuente con una guía ética desprogramada, es decir higienizada de las tradiciones alcohólico anonimistas. Con ello vale  el intento de aclarar nuestra agnóstica posición respecto al poder superior y la ingobernabilidad vital señaladas en el segundo paso. Como usted utiliza los ejemplos encontrados en la correspondencia entre Bill W. Y Carl Jung, me atrevo yo a darles una lectura distinta, en sus citas encontramos una entusiasta apreciación de las tradiciones y especialmente de los doce pasos avalada por el prestigioso pensador suizo, en tal afirmación pareciera que una celebridad como Jung oficiara el sacro bautismo de la ley escrita de los AA en el mundo. Sin embargo mi estimado amigo también existe otra lectura de tal acontecimiento. En ella el explorador de la sique nos lanza una mirada desde su más alto pedestal moderno para intentar decirnos que no habiendo alternativa ante la pequeñez espiritual del mundo contemporáneo debía encontrarse el mecanismo adecuado que relanzará la sique hacia una salida de la enfermedad, en donde el remedio movilizara un arquetipo medieval lleno de fabulación y misticismo  a la altura del espíritu que demandaba la sanación. ¿Entonces qué lejos estaban los hombres con espíritus e inteligencias más refinadas para aceptar tal programa? Convertido en un tótem mágico incluso se situaba mas allá de la crítica para fortalecer una ortodoxia que finalmente ha llevado a la comunidad AA al borde de la extinción. Entonces ¿existe otra interpretación del poder superior? Al parecer es una posibilidad planteada en el gran libro, en donde tal poder superior puede relativizarse y dejar de constituir una tara religiosa que confiere poder a la letra y a los mediadores que manejan los grupos. Así la sentencia spiritus contra spiritus, podría transformarse en spiritus versus espíritu crítico, una reformulación necesaria para gobernar la vida mas allá de la abstención. Así la verdadera recuperación más allá del afán terapista intentaría movilizar en el sujeto AA una fuerza espiritual que lo cualificara como ciudadano del mundo, con libre deliberación sobre alcohólicos anónimos y su concepción, atento sobre todo a la necesaria reformulación de las tradiciones heredadas. Si no nos apresuramos, el segundo paso terminara fortaleciendo una institución generadora de idolatría y de vidas realmente ingobernables desde una falsa abstención. La ebriedad seguirá su curso por instancias vitales del espíritu humano convertidas en fanatismo religioso y en humanidades desintegradas, de los problemas fundamentales que  colocan hoy día en riesgo a nuestras sociedades.

Respondiéndole a Henrrich




La muerte obliga a salir de la vida, así como nacer implica entrar en ella.
Un hombre no es igual a otro; un A.A. no tendría que ser igual a otro A.A.,
Desgraciadamente hay modelos.
Réquiem es la más alta consideración al difunto.

Estimado Henrrich, le respondo a lo que usted escribió porque lo sintió pero no lo pensó. La sobriedad es para clásicos como usted un producto a la larga, entre tanto se vive como se puede a la corta.  Semejante sentir es solo posible, o puede dársele crédito, en el tiempo del mañana.
En un colectivo que solo dura 24 horas, hay que buscar un descuento del porvenir para salvarse de la atroz codicia de prestigio y fama que dan la práctica de los sí famosos 12 pasos. 

¿Qué hacer con los compañeros relevantes, o sea los que dan el tono ahora?

Para el   recién llegado más que sangre nueva, vida nueva, es difícil lograr la altura deseada sino piensa como piensan los A.A. de todos los tiempos: Que se ven o tienen la idea intensa de sentirse distinguidos a la mirada de Dios, por el sacrificio que han hecho de sí mismos, buenos de corazón, buenos padres, buenos maridos, indulgentes y considerados,  y que por su oblicuidad moral sus errores son aciertos y sus omisiones privaciones.
Consecuencia del individualismo introspectivo de la práctica del cuarto paso, se contemplan asímismos, directamente, para conocerse, resultando un engaño el pretender verse la consciencia, seguramente lo que en verdad ven no tiene contenido. Absurdo desde luego ver el alma con el alma, tonterías, aprendemos a conocernos al unísono cuando nos conocen y conocemos a los demás y vamos por la vida conociéndonos, sorprendiéndonos, admirándonos de lo que somos capaces. Lo único que sabemos o creemos saber es lo que recordamos.
La posición suya de culpar exclusivamente a los miembros del relajo que bien describe usted mismo en ensayo anterior, es una opinión que va acorde con el diagnostico clínico de A.A., trunco, del alcoholismo, en el sentido de reducir semejante problemón en una actitud psicologista, de culpar al pobre hombre que falla, sin tomar en cuenta las estructuras de pensamiento que le han sido propuestas.
Todo lo que dice usted me lo ha dicho muchas veces; no creo que usted piense lo que dice verdaderamente, y es que no tiene caso.  Dejemos pensar a los A.A., no hagamos un molde para ellos, al final no lo hay, el mismo Henrrich es tres veces distinto: como se cree ser, como creemos que es y el que realmente es. Y eso es aunque pase toda su vida viéndose el ombligo como los yoguis. 
Cordialmente,
                                                 Ricky Morales.